Soy agente inmobiliario. Profesionalmente no me he dedicado a otra cosa. Recién acabada la carrera me incorporé al equipo de una franquicia inmobiliaria. Con la idea de que fuese un trabajo temporal mientras terminaba mi proyecto fin de carrera . Y me quedé en el  sector hasta hoy.

En todos estos años he pasado  por todas las etapas del sector inmobiliario:  boom, crisis, revolución tecnológica, pandemia,   …

Cuando yo empecé, solo hacíamos fotografías de las fachadas y exteriores de las viviendas y llevábamos el carrete a revelar a la tienda de fotografía. A grandes rasgos la profesión ha cambiado mucho. Pero, desde mi experiencia,  en esencia un buen profesional inmobiliario antes y ahora tiene que tener tres rasgos imprescindibles:

              Honestidad, discreción y empatía.  

 Sin  esas tres premisas no seria capaz de ofrecer el mejor servicio a mis clientes.